Con ese ser rastrero de presidente del gobierno que que ha destruido España
para varias generaciones llamado José Luis Rodríguez Zapatero, el Partido
Socialista en el poder aprobó una aberración llamada Memoria Histórica que
pretendía poner España patas arriba buscando los vestigios del franquismo en
forma de estatuas, placas, calles y todo cuanto se precie con un doble
objetivo: por un lado demonizar al bando vencedor a la vez que se mitificaba
mediante mentiras vomitivas al bando perdedor mientras se volvía a enfrentar a
la sociedad entre rojos y nacionales, y por otro lado repartir subvenciones a diestro y siniestro entre
los suyos para tenerlos contentos. Vamos, lo que viene siendo la corrupción de siempre.
Pusieron España patas arriba buscando tumbas y
abrieron un debate en la sociedad ya cerrado, volviendo a abrir viejas heridas
que a muchos nos obligaron a preguntar a nuestros abuelos: “Abuelo…nosotros, ¿de
qué bando éramos?”
El PP de Rajoy, pese a que prometió derogar
dicha ley no lo ha hecho. Total, una más del PP de Mariano, qué más da. No hay
que sorprenderse. Hasta en algunos casos han votado a favor de esta ley.
Con esta entrada solo quiero dejar constancia
con un ejemplo claro de hasta dónde llega la SUBNORMALIDAD, la ESTUPIDEZ y el
ODIO REVANCHISTA que esta gentuza desprende, y hasta donde son capaces de
llegar por seguir gobernando, apoyándose en Izquierda Unida cuando es necesario
para salvar la poltrona que les calienta.
El ejemplo es Toledo. La hermosa e imperial ciudad de Toledo, cuyo símbolo, el Alcázar, fue escenario de uno de los mayores
actos heroicos que ha conocido la humanidad. Convertido hoy en un supuesto
Museo del Ejército Español para desmantelar el antiguo, ya que a los
socialistas no les gustaba lo que allí había y así de paso mancillar el
susodicho Alcázar dando la impresión a los visitantes que allí nunca pasó nada,
que allí nunca jamás hubo un acoso y una resistencia heroica. Que la famosa
conversación entre el Coronel Moscardó y su hijo nunca existió.
Otro día iré con ese tema, que también le tengo
ganas. Y muchas.
La ciudad de Toledo tenía numerosas calles y
plazas dedicadas al bando nacional, como es lógico. Calle del 18 de Julio, calle de la División
Azul, calle del Capitán Cortés, etc….
Haciendo un enorme esfuerzo y siendo enormemente
comprensivo podría llegar a entender que en pro de la maravillosa pluralidad
democrática en la que vivimos se cambien esas calles de nombre para
sustituirlas por otras cuyos nombres sean totalmente neutrales, de personas o
acontecimientos relacionados con la ciudad de Toledo, que es de la que estamos
hablando.
En no pocos casos, la izquierducha
frentepopulista haciendo gala de su odio, revanchismo y talante democrático ha
arrancado con saña todo aquello que quedaba del bando nacional para dedicar
esos espacios no a gente imparcial o hechos carentes de polémica, sino a
personajes tan neutrales como Manuel Azaña, La Pasionaria, Pablo Neruda, Pablo
Iglesias, y un largo etc…Se llama desvestir a un santo para vestir a otro.
En la ciudad de Toledo, haciendo un ridículo
espantoso que echa para atrás, el gobierno local del Psoe ha cambiado todas
esas calles por nombres de personas que absolutamente nada tienen que ver con
la ciudad de Toledo. Es más, dudo que ni siquiera algunos de ellos hubieran
oído hablar de Toledo en la vida, ya no hablamos de haber estado en la ciudad
en sí. Solo me cabe calificarlo de ridículo.
Es realmente sórdido, patético y profundamente
triste, como se puede arrancar la pura y verdadera esencia española de sus
calles porque a unos cuantos revanchistas amargados no les guste, escupiendo
así en nuestra historia, en nuestros antepasados y en nuestros héroes para
poner el nombre de un mequetrefe o un completo desconocido.
Así se gobierna en España. Así se destruye la
historia de una nación que ya ni es nación, ni tiene historia, ni dignidad, ni
vergüenza ni decoro.
Así, entrando en materia, por ejemplo podemos
contemplar el desmantelamiento del callejero toledano, incluso presenciado y
jaleado en directo por miembros del partido separatista, antisistema (pero muy
bien pagado) y tan identificado y comprensivo siempre con los terroristas, Izquierda
Unida. A saber:
-
Calle del 18 de Julio por Calle de Nelson
Mandela
-
Calle de la División Azul por Calle
de Rosa Parks
-
Calle de Banderas de Castilla por Calle
de Rigoberta Menchú.
-
Calle del General Moscardó por
Cuesta de los Capuchinos
-
Calle del Capitán Cortés por Calle
de La Rioja
-
Calle de los Alféreces provisionales
por Calle de La paz
-
Calle de la Unificación por calle
Madre Teresa de Calcuta.
-
Calle Tercio del Alcázar por Calle
Gabriela Mistral.
-
Calle Batallón de Voluntarios de
Toledo por Calle Clara Campoamor.
-
Plaza de Antonio Rivera por Plaza
Martin Luther King.
-
Calle del Capitán Alba por Calle de
Pablo Neruda.
Como ven ustedes, gente como Nelson Mandela o
Martin Luther King, personalidades completamente identificadas con la ciudad de
Toledo de la cual seguramente en su vida oyeron hablar, hoy ocupan los espacios
que hasta hace poco pertenecieron a NUESTROS HÉROES, NUESTROS SOLDADOS.
Especialmente sangrante es dar una calle en
Toledo a ese ser rastrero, repugnante y miserable llamado Pablo Neruda,
comunista de la peor calaña, que tenía tal odio por los españoles y por España
que nos llegó a llamar “hijos de perra”.
Esta es la ley de memoria histórica de los
perdedores de la guerra, de los que cada vez que gobiernan el país, o una comunidad autónoma
o un ayuntamiento lo destrozan a base de despilfarro, sectarismo y corrupción
en cantidades industriales. Los mismos que han acojonado a la derecha hasta
crear el PP de hoy, que es la derecha que le gusta a la izquierda, y Mariano y
Gallardón son sus ídolos con los que están encantados, al igual que Mariano y
Gallardón están encantados con P. Rubalcaba, como se hacía llamar en campaña
electoral, diciendo de él que es un hombre moderado, de Estado.
De verdad, ni los talibanes actúan de semejante manera, con tal saña.
Han destruido y siguen destruyendo la cultura
española que tanto dicen es cosa suya (así estamos), han arrasado con el
patrimonio cultural disfrutando con ello y saciando una pequeña parte del odio
que les corroe por dentro.
De momento les queda el premio gordo, que es saquear y destruir el Valle de los Caídos y sacar de allí los restos del Generalísimo.
España es un pueblo sin historia y sin cultura, o en todo caso con ambas totalmente manipuladas debidamente. Un
pueblo sin alma, desalmado, como dicen en los pueblos, un almaenpena, está conenado a la situación en la que estamos actualmente, gobernados por gentuza, acosados por criminales separatistas y sin capacidad de respuesta alguna, sumidos en el paro, en la ruina.
Pero estamos hablando de la España de hoy….no se
puede pedir más. Un almaenpena que no reacciona a estímulos porque está muy ocupada en las estupideces que vomita Telecinco.
Si hace diez años mataron a 200 personas en unos
atentados terroristas perfectamente organizados y manipulados con el fin de
cambiar al gobierno legítimo de una nación y a nadie le ha importado un pimiento, que
importancia va a tener que cambien cuatro calles….
Desgraciadamente esta es la España que nos ha
tocado vivir. La España de la indiferencia, del pasotismo, del relativismo como
religión. De la pedantería como norma de conducta.
Yo personalmente prefiero llamarlo la hora de
los enanos.
"Fue misericordia de Dios el llevárselo a las regiones de la paz eterna. Tras
un breve martirio, el descanso. ¡Eran muchos sus merecimientos para que la
divina generosidad no le indultara de este espectáculo!
Todo bulle como una gusanera. Como si no hubiera pasado nada. Los mismos
hombres, las mismas palabras vacías, los mismos aspavientos. ¡Y todo tan chico!
Contra la obra ingente de seis años –orden, paz, riqueza, trabajo, cultura,
dignidad, alegría–, las fórmulas apolilladas de antaño, las menudas retóricas de
antaño, las mismas sutilezas de leguleyo que ni el Derecho sabe.
Aquí están los políticos a quienes nadie desconoce. Todos pasan de
sexagenarios. Gobernaron docenas de veces. Casi ninguno sirvió para nada. Pero
no escarmentaron. Piensan que una breve abstinencia –que ellos disfrazan de
persecución– los redime del pasado inútil.
Aquí están los ridículos intelectuales, henchidos de pedantería. Son la
descendencia, venida a menos, de aquellos intelectuales que negaron la movilidad
de la tierra y su redondez, y la posibilidad del ferrocarril, porque todo ello
pugnaba con las fórmulas. ¡Pobrecillos! ¿Cómo van a entender –al través de sus
gafas de miopes- el atisbo aislado de la luz divina? Lo que no cabe en sus
estrechas cabezas creen que no puede existir. ¡Y encima se ríen con aire de
superioridad!
Aquí están los murmuradores, los envenenados de achicoria y nicotina, los
snobs, los cobardes, los diligentes en acercarse siempre al sol que calienta
más, (algunos, ¡quién lo dijera!, aristócratas, descendientes de aquellos cuyos
espinazos antes se quebraban que se torcían ... ).
Aquí están todos. Abigarrados, mezquinos, chillones, engolados en su mísera
pequeñez. Todos hablan a un tiempo. No se hizo nada. Se malgastaron los caudales
públicos. Las victorias militares acaecieron bajo el mando de aquel caudillo
como pudo acaecer otra cosa. Todo fue suerte o mentira. Y, antes que nada, ese
Gobierno no fue un Gobierno inteligente (¡santa palabra para deslumbrar a los
tontos!); gobernó para España, a la española, no al gusto de la docena de los
elegidos. Prefirió prescindir de solemnidades hipócritas mejor que
falsificarlas.
Los enanos han podido más que el gigante. Se le enredaron a los pies y lo
echaron a tierra. Luego, le torturaron a aguijonazos. Y él, que era bueno,
sensible, sencillo; él, que no estaba acorazado contra las miserias; él, que por
ser muy hombre (muy humana) gozaba y padecía como los niños, inclinó su cabeza
una mañana y no la alzó más.
Ahora es la hora de los enanos. ¡Cómo se vengan del silencio a que los
redujo! ¡Cómo se agitan, cómo babean, cómo se revuelcan impúdicamente en su
venenoso regocijo! ¡Hay que tirarlo todo! Que no quede ni rastro de lo que él
hizo! Y los más ridículos de todos los enanos –los pedantes– sonríen
irónicamente.
El también sonríe. Pero su risa es clara, como su espíritu sencillo y fuerte.
Nosotros padecemos –como él antes– todas las torturas de la injusticia. Pero el
ya goza el premio allá en lo alto, en los ámbitos de la perpetua serenidad. Nada
puede inquietarle, porque desde allí se disciernen la grandeza y la pequeñez.
Pasarán los años, torrente de cuyas espumas sólo surgen las cumbres cimeras.
Toda esta mezquina gentecilla –abogadetes, politiquillos, escritorzuelos,
mequetrefes– se perderá arrastrada por las aguas. ¿Quién se acordará de los
tales dentro de cien años? Mientras que la figura de él –sencilla y fuerte como
su espíritu– se alzará sobre las centurias, grande, serena, luminosa de gloria y
de martirio."
Jose Antonio Primo de Rivera
(ABC, 16 de marzo de 1931.)
AHORA,ES LA HORA DE LOS ENANOS.
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