miércoles, 19 de marzo de 2014

Putin hace lo que puede


Este artículo me ha sorprendido gratamente, en medio de tanto subnormal, de tanto pijo-progre, de tanta política correcta y de tanta necedad mediocre, de tanta Almudena Grandes y demás seres deplorables del grupo PRISA que imparten su bazofia como si fueran dogmas y de tanto gilipollas redomado, es un alivio en medio del desierto encontrar gente como el autor, Rafalel L.Bardají, que hable tan bien y tan claro, y sobre todo con tanta razón y tanta coherencia.

El artículo es el siguiente y se titula “Putin hace lo que puede”

 

 

 
“Ciertamente, la intervención de Rusia en Crimea y, quién sabe, en la Ucrania

oriental es un acto de agresión que rompe con las normas internacionales. Pero

el gran jaleo que se ha montado en la UE, la OTAN y la Casa Blanca sólo se puede

entender porque eso que antes llamábamos "los occidentales" vivimos en el más

puro buenismo. Lo que hace Vladímir Putin no es más que lo que se ha hecho

siempre y lo que haría cualquier otro que estuviera en su lugar: aplicar con

realismo una política de poder. Por eso  Putin hace lo que puede. Porque

puede.

El mundo está lleno de buenas intenciones y, para muchos, todos esos que

creen que los ejércitos son, en el mejor de los casos, un decorado más del

paisaje y, en el peor, una reliquia de un pasado ya superado: ninguna actuación

que emplee la fuerza militar resulta comprensible. Pero Putin no es ningún loco

ni ningún aventurero. Tiene la capacidad de intervenir y se sabe

relativamente impune  para hacerlo. Y lo hace cuando considera que sus

intereses nacionales están en juego. Ni Tucídides ni Maquiavelo se mesarían los

cabellos. Al contrario, les parecería lo más natural.

Seguramente será casualidad, pero la intervención en Ucrania llega justo días

después de que el secretario de Defensa norteamericano, Chuck Hagel, anunciase

sus planes de disminuir la dimensión del Ejército americano

hasta los niveles de antes de la Segunda Guerra Mundial y de que el Secretario

de Estado, John Kerry, advirtiese de las tendencias neoaislacionistas y de una

política exterior americana digna de "un país pobre".

 

Putin sabe dos cosas: la primera, que Obama es un presidente que evita la

confrontación y que desconfía de las soluciones militares. Lo ha visto en Siria,

donde Obama convirtió sus propias líneas rojas en líneas rosas; y lo ha visto

con Irán, donde la Administración americana está dispuesta a conceder el status

nuclear a los ayatolás; la segunda, que los europeos son un ejército de

burócratas cuya única fuerza se les escapa por la boca de su representante

exterior, Catherine Ashton, o por la del ministro de Exteriores que candidatea

para sustituirla, el sueco Carl Bildt. Las capacidades militares de la

UE son hoy más insignificantes que hace algunos años, cuando ya eran

más que escasas.

Cuando Yulia Timoshenko hace un llamamiento desesperado a la OTAN y a los

EEUU para que defiendan militarmente Crimea, debe de ser el mismo Putin el

extrañado: nadie quiere una guerra, y si la quisieran no podrían

hacerla. Estados Unidos y la OTAN son, hoy por hoy, un tigre de papel

porque no hay voluntad política ni respaldo social para actuar, más allá de

emitir unos elegantes comunicados. Es más, allí donde la OTAN ha ido dejando su

huella, los problemas no han dejado de acumularse. Véase Afganistán o Libia.

La UE ha hablado de "sanciones dirigidas" si Rusia no cesa en su política,

pero la realidad es que de momento sólo Cameron ha pedido que sus ministros no

viajen a Sochi con motivo de los Juegos Paralímpicos. El Comité Paralímpico

alemán ya ha emitido un comunicado en sentido contrario. Alemania habla de

diálogo y salida pacífica a la crisis y multitud de analistas argumentan que las

sanciones contra Rusia amenazan la frágil situación económica europea, y que nos

castigarían tanto a nosotros como a los ucranianos y a los rusos. Y es que

resulta muy complejo hacerse el fuerte cuando se depende del suministro

del gas ruso.

No, nadie está dispuesto a morir por Crimea. Posiblemente ni los ucranianos.

Y calentar retóricamente el escenario en un intento de resultar más creíble en

realidad es más que peligroso. Estando donde estamos, el problema estratégico ya

no es Crimea, es la lectura que van a hacer todos los demás que están claramente

en contra de los intereses occidentales. Corea del Norte vuelve a lanzar hoy

mismo una nueva salva de misiles. ¿Qué harán los ayatolás? ¿Qué

querrán las minorías rusas en otros países, como Moldavia? Gesticular

nerviosamente como han hecho la UE y la OTAN merma nuestra credibilidad ante los

retos a los que nos enfrentamos.

Idealmente habría que parar a Putin, pero eso no es pensable porque

no es posible. Cuando no se está dispuesto a usar pelotas de goma para

defender las fronteras de uno, defender a un tercero es, cuando menos, poco

creíble. Más bien un acto de fe. Y la estrategia no se cementa en la fe.

Para recuperar una credibilidad occidental perdida hay que escapar de Crimea.

Defender el envío de material de guerra, o drones de inteligencia, no

resuelve nada. Lo que convendría hacer es definir de verdad dónde se juegan

nuestros intereses estratégicos, fijar una claras líneas rojas y fortalecer las

acciones comunes en esos puntos y políticas. Y declarar que Crimea nos

importa un pimiento.

Pero claro, eso sería tanto como reconocer que el buenismo internacional,

tanto de izquierdas como de derechas, ha sido un gran fiasco y que el siglo XXI

se sigue rigiendo por los mismos principios que todos los otros siglos que

conocemos: el poder y la fuerza. Demasiado para un occidental

posmoderno. “

 

 

 

 

Ciertamente hay varias frases que quiero comentar porque me parecen interesantísimas.

 

- Lo que hace Vladímir Putin no es más que lo que se ha hecho siempre y lo que haría cualquier otro que estuviera en su lugar: aplicar con realismo una política de poder.

Efectivamente…en parte. La política del poder. Base y sustento de cómo funciona el mundo desde que este es mundo.  Lo hago porque puedo, porque me siento a salvo y porque defiendo mis intereses y los de mi país. No hay más. Algo tan obvio que por lo visto desde Europa no somos capaces de ver o aplicar cegados por nuestras maldades. Por eso digo en parte. Porque desde Europa no nos enteramos o no nos queremos enterar.

 

- Putin no es ningún loco ni ningún aventurero. Tiene la capacidad de intervenir y se sabe relativamente impune  para hacerlo. Y lo hace cuando considera que sus intereses nacionales están en juego.

Esto igualmente es obvio para cualquier persona con dos dedos de frente menos para España y en gran parte Europa. Nuestra nación  está dirigida por gente cuya política solo puede ser tachada de antiespañola y trasnochada. Lo que sería lo normal en Europa, defenderse de la invasión extranjera que estamos padeciendo, defender nuestras empresas, nuestros puestos de trabajo, parar de raíz cualquier conato de separatismo, aquí eso no sucede. Quizás algún día a otros países que hoy funcionan bien, quizás les llegue su ocaso y acaben como nosotros, y quizás para entonces nosotros estemos como Malasia por ejemplo.

Putin es un zorro de la política, sabe perfectamente como desenvolverse, sabe donde están sus intereses, y sobre todo sabe perfectamente quién es quién en la partida. Y en consecuencia actúa. Ni más ni menos.

Putin no es un Hitler, no es un tarado que le ha dado por ocupar países extranjeros. Ha actuado porque ha visto sus intereses, los de su país por la cual mira, peligrar. Punto.

 

-Putin sabe dos cosas: la primera, que Obama es un presidente que evita la  confrontación y que desconfía de las soluciones militares. Lo ha visto en Siria, donde Obama convirtió sus propias líneas rojas en líneas rosas; y lo ha visto con Irán, donde la Administración americana está dispuesta a conceder el status nuclear a los ayatolás; la segunda, que los europeos son un ejército de burócratas.

 

De nuevo efectivamente, algo obvio para cualquiera con dos dedos de frente que esté mínimamente informado.

Obama es un pacifista que carece de contundencia alguna para mantener a la raya a ciertos peligros para la humanidad, un Zp, salvando las distancias por supuesto. Sabe que no va a actuar más allá de emitir un par de comunicados.

Respecto a lo que dice de Europa no puedo estar más de acuerdo. Europa es hoy un ejército de burócratas. Mucho habladuría, mucho consejo muy bien pagado, millones y millones gastados, comilonas y viajes, pero en resumidas cuentas….nada de nada de nada de nada. El ejemplo palpable que siempre pongo es la guerra de Kosovo, cuando se estaban cometiendo atrocidades brutales y desde Europa todos mirando para otro lado. Al final tuvo que venir EEUU a mojarse el culo, a poner su dinero, su material, y sus muertos. Es lógico y legítimo que luego reclamen su parte. Y desde Europa todos de medio lado a verlas venir. Lamentable.

 

-Nadie quiere una guerra, y si la quisieran no podrían hacerla. Estados Unidos y la OTAN son, hoy por hoy, un tigre de papel porque no hay voluntad política ni respaldo social para actuar, más allá de emitir unos elegantes comunicados. Es más, allí donde la OTAN ha ido dejando su huella, los problemas no han dejado de acumularse. Véase Afganistán o Libia.

 

Lo que comentaba arriba. Mucha habladuría, mucho comunicado, mucha palabrería pero saben perfectamente que no va a haber ninguna actuación militar porque ni pueden materialmente ni tienen respaldo social para ello. Europa lo sabe, Rusia lo sabe y todos los sabemos. Los ejércitos con la crisis están bajo mínimos. En España tenemos un ejército (Fuerzas Armadas como dicen los modernos) al borde de la inoperabilidad.

Me ha gustado mucho la definición que da el autor de EEUU y la OTAN: un tigre de papel. Sensacional. Y donde han metido la zarpa solo han hecho agravar los problemas, como en Afganistán o Irak o Libia, donde hemos pasado de tener una dictadura estable bajo un dictador domesticado y conocido, a un lugar donde cualquier cosa puede pasar y nada de ello bueno.

Además es clamoroso ver como arbitrariamente se actúa en unos lugares interesadamente y otros donde están pasando cosas gravísimas nadie hace nada, por ejemplo las matanzas y la persecución de católicos en África, amén de guerras que se alargan en los años en aquellos lugares. Pero ahí no interesa y nadie hace nada, salvo ponerles la alfombra roja a los negritos cuando vienen a Europa.

 

- Resulta muy complejo hacerse el fuerte cuando se depende del suministro del gas ruso

Amigo, que gran verdad. Es como si yo, que si no estoy pidiendo en la puerta de una Iglesia o en un semáforo en Madrid es gracias a mis padres, quisiera hacerme el chulo y el fuerte con ellos. O si una empresa cuya supervivencia depende de un solo comprador se pone a hacerse el chulo con él. Simplemente no está uno en condiciones.

El gas ruso de Gazprom depende de ellos, de su suministro, si nos lo cortan podemos tener problemas muy graves. Ante este panorama evidentemente no estamos en las mejores condiciones de ponernos chuletas con Rusia. Más bien todo lo contrario. De nuevo…Putin hace lo que puede…¡porque puede! Porque tiene la sartén por el mango.

 

-No, nadie está dispuesto a morir por Crimea. Posiblemente ni los ucranianos. Y calentar retóricamente el escenario en un intento de resultar más creíble en realidad es más que peligroso. Estando donde estamos, el problema estratégico ya no es Crimea, es la lectura que van a hacer todos los demás que están claramente en contra de los intereses occidentales.

 

De nuevo a mi juicio da en el clavo. Nadie da un duro por Crimea porque Crimea importa un pepino, ni tan siquiera a la misma Ucrania. Y hacerse el chulo y el fuerte cuando en realidad sabes que no estás en condiciones de hacerte el duro ni el fuerte porque simple y llanamente no vas a hacer nada, porque no tienes capacidad para ello, es solo muestras de tu debilidad, dar alas al terrorismo islámico, a los ayatolás, a las potencias comunistas como Corea del Norte y a todo la banda basurienta inhumana que anhela colonizar sino exterminar occidente, a la cual pertenecemos.

 

- Idealmente habría que parar a Putin, pero eso no es pensable porque no es posible. Cuando no se está dispuesto a usar pelotas de goma para defender las fronteras de uno, defender a un tercero es, cuando menos, poco creíble. Más bien un acto de fe. Y la estrategia no se cementa en la fe.

 

Fantástico y amén en todo. Lo he dicho arriba, lo ideal sería para a Putin, pero para hacer eso hay que tener, como se dice llanamente, la sartén por el mango, y desde Europa no tenemos la sartén por el mango gracias a los memos que nos gobiernan, al buenismo internacional, a los diplomáticos amantes del diálogo al estilo ZP.

Efectivamente y cuantísima razón por Dios, donde demonios queremos ir a defender a terceros cuando ni siquiera somos capaces de defender nuestras fronteras de la invasión extranjera que sufre Europa, y si lo hacemos es usando pelotitas de gomas y la cantidad de seres deplorables que pastan en Europa montan en cólera por los derechos humanos de los negritos.

 ¿Y mis derechos humanos como europeo y español donde están? ¿Yo no tengo derecho a tener un trabajo digno, un sueldo digno que me permita vivir dignamente, no tengo derecho a tener una vivienda digna? Yo ni tengo trabajo, ni digno ni no digno, si encontrase algo es en condiciones deplorables y de poder tener una vivienda ni hablamos. En Europa hemos perdido el norte sencillamente, dando a los de fuera lo que negamos a los nuestros.

De lo que hablaba antes pues sencillamente no tengo que irme de fuera de España para poner un ejemplo. Mandamos al ejército a defender lugares remotos, haciendo no se qué historias humanitarias, poniendo supuestamente orden en países extranjeros, y mientras España está patas arriba, hundida en la miseria y en el paro, con la Unidad Nacional seriamente amenazada por Cataluña y a rebufo viene Vascongadas. Y nuestros soldados llevando a los niños al colegio en no se que lugares remotos. Hemos perdido el norte por completo gracias a una banda de miserables burócratas que viven como sultanes a costa de todos.

 

- Lo que convendría hacer es definir de verdad dónde se juegan nuestros intereses estratégicos, fijar unas claras líneas rojas y fortalecer las acciones comunes en esos puntos y políticas. Y declarar que Crimea nos importa un pimiento. Pero claro, eso sería tanto como reconocer que el buenismo internacional, tanto de izquierdas como de derechas, ha sido un gran fiasco y que el siglo XXI se sigue rigiendo por los mismos principios que todos los otros siglos que conocemos: el poder y la fuerza. Demasiado para un occidental posmoderno.

 

El artículo lo remata así, de una forma magistral.

Primero apunta a lo que es obvio, que hay que renunciar a Crimea, a Irak, a Afganistán y a la madre que parió,  que se apañen entre ellos porque a Europa debe importarle un comino lo que pase y allá os lo comáis con patatas, ya está bien de ir salvando la vida a todo el mundo gastando billones de nuestros bolsillos, y de una P… vez definir claramente y con contundencia cuales son nuestros objetivos, nuestras líneas rojas y hacer frente común.

 Pero cuando no se tienen claros los conceptos, que es lo nuestro y donde acaba lo nuestro, pasa que se mete las narices en todo y en el fondo no se meten en nada. Y así nos va y así estamos.

Dice el autor que todo esto sería reconocer el buenismo internacional. Qué gran verdad, no se le pueden pedir peras al olmo. Los pijo-progres han destruido Europa con su cobardía, buenismo y compeljos.

El buenismo internacional, como digo…meter las narices en todo para salir escaldados sin atender lo que de verdad pasa en nuestro suelo, ha sido el gran fiasco de nuestro tiempo.

Nos creemos mejores, más avanzados, más civilizados que nuestros antepasados. Efectivamente ahora no hay guerras donde se matan en una batalla a 300.000 personas, pero que no nos engañe el buenismo internacional copado de masones como Mariano o Zp, el mundo se rige en este siglo por los mismos principios que todos los siglos anteriores: EL PODER Y LA FUERZA, y así seguramente seguirá siendo. El pez grande seguirá comiéndose al pequeño, y el Putin de turno si puede actuar para defender sus intereses lo hará, porque sabe que puede hacerlo. Y desde Europa silbando mirando a las nubes con las manos en los bolsillos.

 

La diferencia entre la Rusia de Putin y la Europa de hoy es abismal: mientras uno hace POLITICA con mayúsculas, los otros hace política de perfil bajo, como se dice hoy. Mientras uno defiende sus intereses jugando sus cartas, los otros andan buscando gamusinos por el monte. Mientras Putin juega al ajedrez en Europa jugamos a las damas, y así nos va.

 

La decadencia de Europa es esta. El occidental posmoderno, que va tan feliz a trabajar por un sueldo mísero con su Iphone en el bolsillo, que viste a la última siempre para no quedarse atrás, que tecnológicamente está actualizado al segundo y que en el fondo está idiotizado en el llamado buenismo internacional porque se cree moralmente superior a todos los seres humanos que han existido antes que él. Que desgracia. Hoy se hacen raperos, al otros “hipsters”(por lo visto es una nueva moda). Hoy se dejan barba, al otro se dejan bigote porque es la moda cuando hasta hacía 6 meses decían que llevar bigote era cosas de fascistas. Son los esnobs de los que ya hablaba Franco. Que lastre de personas.

 

Si Europa no se refunda, no establece soluciones a los gravísimos problemas por lo que atravesamos y sin duda los que se avecinan, Europa desaparecerá o al final habrá otra guerra mundial, como defiende mi abuelo.

Si desde Europa no empezamos a poner límites a la invasión extranjera que padecemos, Europa en menos de 50 años habrá perdido su cultura, sus raíces y su esencia. Y ya no será Europa, será otra cosa.

Si desde Europa no se pone fin al liberticismo religioso en especial al islamismo, Europa en 50 años estará rezando a la Meca, estará prohibido comer cerdo, estará permitido tener varias mujeres y habremos retrocedido varios siglos sino en algunos lugares se apedrearán a los infieles. Europa está siendo descristianizada gracias al buenismo acomplejado de unos memos y a la maldad intrínseca de los otros que odian profundamente a la religión católica y que antes preferirían ver una Europa bajo la media luna antes que seguir siendo una Europa cristiana.

Si desde Europa no se detienen movimientos separatistas de una forma contundente en breve crecerán los enanos, y entonces no habrá forma de parar la situación. Y no se está dando respuesta a estos movimientos criminales y totalitarios, ni desde Europa ni desde los propios países donde emergen. Buen ejemplo de ello es España.

Si desde Europa no ponemos fin al desmantelamiento de empresas en nuestro suelo para irse a producir donde vale la décima parte….el paro y la miseria se llevará Europa por delante, sin excepción. Si Europa no resuelve sus problemas económicos lo que se puede venir encima no quiero ni imaginarlo.

 

Yo de política apenas si se lo poco que hablo aquí bajo mi humilde opinión. De España se algo más, de lo que pasa fuera menos. Seguramente en muchas cosas seré una oveja más del rebaño engañada hasta las trancas, pero tengo claro que España no me gusta nada hoy, y la Unión Europea menos, ya que mucho mal del que padecemos viene de fuera. La UE es una engañifa para tontos incrédulos. Que al final tanto Europa y tanta milonga y cuando has de hacer un trámite ordinario, como puede ser llevarte un coche de un país a otro dentro de la UE o convalidar un título oficial de estudios, de esos que te venden a las mil maravillas como válido en toda la UE, te das cuenta del engaño que es la Unión Europea. Una farsa sin paliativos para tener a GENTUZA como Elena Valenciano cobrando una millonada a costa de todos los europeos.

 

Si desde Europa no hacemos nada, si no se aparta al buenismo, el buenismo, lobos con piel de cordero, acabarán con todos nosotros. O llegará otro Hitler con otro nazismo, u otro Stalin con otra Unión Soviética. Las bases para que ello suceda están puestas.

 

 

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