Este artículo me ha sorprendido gratamente, en medio de
tanto subnormal, de tanto pijo-progre, de tanta política correcta y de tanta
necedad mediocre, de tanta Almudena Grandes y demás seres deplorables del grupo
PRISA que imparten su bazofia como si fueran dogmas y de tanto gilipollas
redomado, es un alivio en medio del desierto encontrar gente como el autor,
Rafalel L.Bardají, que hable tan bien y tan claro, y sobre todo con tanta razón
y tanta coherencia.
El artículo es el siguiente y se titula “Putin hace lo que
puede”
oriental es un acto de
agresión que rompe con las normas internacionales. Pero
el gran jaleo que se ha
montado en la UE, la OTAN y la Casa Blanca sólo se puede
entender porque eso que
antes llamábamos "los occidentales" vivimos en el más
puro buenismo. Lo que hace
Vladímir Putin no es más que lo que se ha hecho
siempre y lo que haría
cualquier otro que estuviera en su lugar: aplicar con
realismo una política de
poder. Por eso Putin hace lo que puede.
Porque
puede.
El mundo está lleno de
buenas intenciones y, para muchos, todos esos que
creen que los ejércitos
son, en el mejor de los casos, un decorado más del
paisaje y, en el peor, una
reliquia de un pasado ya superado: ninguna actuación
que emplee la fuerza
militar resulta comprensible. Pero Putin no es ningún loco
ni ningún aventurero. Tiene
la capacidad de intervenir y se sabe
relativamente impune para hacerlo. Y lo hace cuando considera que
sus
intereses nacionales están
en juego. Ni Tucídides ni Maquiavelo se mesarían los
cabellos. Al contrario, les
parecería lo más natural.
Seguramente será
casualidad, pero la intervención en Ucrania llega justo días
después de que el
secretario de Defensa norteamericano, Chuck Hagel, anunciase
sus planes de disminuir la
dimensión del Ejército americano
hasta los niveles de antes
de la Segunda Guerra Mundial y de que el Secretario
de Estado, John Kerry,
advirtiese de las tendencias neoaislacionistas y de una
política exterior americana
digna de "un país pobre".
Putin sabe dos cosas: la
primera, que Obama es un presidente que evita la
confrontación y que
desconfía de las soluciones militares. Lo ha visto en Siria,
donde Obama convirtió sus
propias líneas rojas en líneas rosas; y lo ha visto
con Irán, donde la
Administración americana está dispuesta a conceder el status
nuclear a los ayatolás; la
segunda, que los europeos son un ejército de
burócratas cuya única
fuerza se les escapa por la boca de su representante
exterior, Catherine Ashton,
o por la del ministro de Exteriores que candidatea
para sustituirla, el sueco
Carl Bildt. Las capacidades militares de la
UE son hoy más
insignificantes que hace algunos años, cuando ya eran
más que escasas.
Cuando Yulia Timoshenko
hace un llamamiento desesperado a la OTAN y a los
EEUU para que defiendan
militarmente Crimea, debe de ser el mismo Putin el
extrañado: nadie quiere una
guerra, y si la quisieran no podrían
hacerla. Estados Unidos y
la OTAN son, hoy por hoy, un tigre de papel
porque no hay voluntad
política ni respaldo social para actuar, más allá de
emitir unos elegantes
comunicados. Es más, allí donde la OTAN ha ido dejando su
huella, los problemas no
han dejado de acumularse. Véase Afganistán o Libia.
La UE ha hablado de
"sanciones dirigidas" si Rusia no cesa en su política,
pero la realidad es que de
momento sólo Cameron ha pedido que sus ministros no
viajen a Sochi con motivo
de los Juegos Paralímpicos. El Comité Paralímpico
alemán ya ha emitido un
comunicado en sentido contrario. Alemania habla de
diálogo y salida pacífica a
la crisis y multitud de analistas argumentan que las
sanciones contra Rusia
amenazan la frágil situación económica europea, y que nos
castigarían tanto a
nosotros como a los ucranianos y a los rusos. Y es que
resulta muy complejo
hacerse el fuerte cuando se depende del suministro
del gas ruso.
No, nadie está dispuesto a
morir por Crimea. Posiblemente ni los ucranianos.
Y calentar retóricamente el
escenario en un intento de resultar más creíble en
realidad es más que
peligroso. Estando donde estamos, el problema estratégico ya
no es Crimea, es la lectura
que van a hacer todos los demás que están claramente
en contra de los intereses
occidentales. Corea del Norte vuelve a lanzar hoy
mismo una nueva salva de
misiles. ¿Qué harán los ayatolás? ¿Qué
querrán las minorías rusas
en otros países, como Moldavia? Gesticular
nerviosamente como han
hecho la UE y la OTAN merma nuestra credibilidad ante los
retos a los que nos
enfrentamos.
Idealmente habría que parar
a Putin, pero eso no es pensable porque
no es posible. Cuando no se
está dispuesto a usar pelotas de goma para
defender las fronteras de
uno, defender a un tercero es, cuando menos, poco
creíble. Más bien un acto
de fe. Y la estrategia no se cementa en la fe.
Para recuperar una
credibilidad occidental perdida hay que escapar de Crimea.
Defender el envío de
material de guerra, o drones de inteligencia, no
resuelve nada. Lo que
convendría hacer es definir de verdad dónde se juegan
nuestros intereses
estratégicos, fijar una claras líneas rojas y fortalecer las
acciones comunes en esos
puntos y políticas. Y declarar que Crimea nos
importa un pimiento.
Pero claro, eso sería tanto
como reconocer que el buenismo internacional,
tanto de izquierdas como de
derechas, ha sido un gran fiasco y que el siglo XXI
se sigue rigiendo por los
mismos principios que todos los otros siglos que
conocemos: el poder y la
fuerza. Demasiado para un occidental
posmoderno. “
Ciertamente hay varias frases que quiero comentar porque me
parecen interesantísimas.
- Lo que hace Vladímir Putin no es más que lo
que se ha hecho siempre y lo que haría cualquier otro que estuviera en su
lugar: aplicar con realismo una política de poder.
Efectivamente…en parte. La política del poder. Base y
sustento de cómo funciona el mundo desde que este es mundo. Lo hago porque puedo, porque me siento a salvo
y porque defiendo mis intereses y los de mi país. No hay más. Algo tan obvio
que por lo visto desde Europa no somos capaces de ver o aplicar cegados por
nuestras maldades. Por eso digo en parte. Porque desde Europa no nos enteramos
o no nos queremos enterar.
- Putin
no es ningún loco ni ningún aventurero. Tiene la capacidad de intervenir y se
sabe relativamente impune para hacerlo.
Y lo hace cuando considera que sus intereses nacionales están en juego.
Esto igualmente es obvio para cualquier persona con dos
dedos de frente menos para España y en gran parte Europa. Nuestra nación está dirigida por gente cuya política solo
puede ser tachada de antiespañola y trasnochada. Lo que sería lo normal en
Europa, defenderse de la invasión extranjera que estamos padeciendo, defender
nuestras empresas, nuestros puestos de trabajo, parar de raíz cualquier conato
de separatismo, aquí eso no sucede. Quizás algún día a otros países que hoy
funcionan bien, quizás les llegue su ocaso y acaben como nosotros, y quizás
para entonces nosotros estemos como Malasia por ejemplo.
Putin es un zorro de la política, sabe perfectamente como
desenvolverse, sabe donde están sus intereses, y sobre todo sabe perfectamente
quién es quién en la partida. Y en consecuencia actúa. Ni más ni menos.
Putin no es un Hitler, no es un tarado que le ha dado por
ocupar países extranjeros. Ha actuado porque ha visto sus intereses, los de su
país por la cual mira, peligrar. Punto.
-Putin sabe dos
cosas: la primera, que Obama es un presidente que evita la confrontación y que desconfía de las
soluciones militares. Lo ha visto en Siria, donde Obama convirtió sus propias
líneas rojas en líneas rosas; y lo ha visto con Irán, donde la Administración
americana está dispuesta a conceder el status nuclear a los ayatolás; la
segunda, que los europeos son un ejército de burócratas.
De nuevo efectivamente, algo obvio para cualquiera con dos
dedos de frente que esté mínimamente informado.
Obama es un pacifista que carece de contundencia alguna para
mantener a la raya a ciertos peligros para la humanidad, un Zp, salvando las
distancias por supuesto. Sabe que no va a actuar más allá de emitir un par de
comunicados.
Respecto a lo que dice de Europa no puedo estar más de
acuerdo. Europa es hoy un ejército de burócratas. Mucho habladuría, mucho
consejo muy bien pagado, millones y millones gastados, comilonas y viajes, pero
en resumidas cuentas….nada de nada de nada de nada. El ejemplo palpable que
siempre pongo es la guerra de Kosovo, cuando se estaban cometiendo atrocidades
brutales y desde Europa todos mirando para otro lado. Al final tuvo que venir
EEUU a mojarse el culo, a poner su dinero, su material, y sus muertos. Es
lógico y legítimo que luego reclamen su parte. Y desde Europa todos de medio
lado a verlas venir. Lamentable.
-Nadie
quiere una guerra, y si la quisieran no podrían hacerla. Estados Unidos y la
OTAN son, hoy por hoy, un tigre de papel porque no hay voluntad política ni
respaldo social para actuar, más allá de emitir unos elegantes comunicados. Es
más, allí donde la OTAN ha ido dejando su huella, los problemas no han dejado
de acumularse. Véase Afganistán o Libia.
Lo que comentaba arriba. Mucha habladuría, mucho comunicado,
mucha palabrería pero saben perfectamente que no va a haber ninguna actuación
militar porque ni pueden materialmente ni tienen respaldo social para ello.
Europa lo sabe, Rusia lo sabe y todos los sabemos. Los ejércitos con la crisis
están bajo mínimos. En España tenemos un ejército (Fuerzas Armadas como dicen
los modernos) al borde de la inoperabilidad.
Me ha gustado mucho la definición que da el autor de EEUU y
la OTAN: un tigre de papel. Sensacional. Y donde han metido la zarpa solo han
hecho agravar los problemas, como en Afganistán o Irak o Libia, donde hemos
pasado de tener una dictadura estable bajo un dictador domesticado y conocido,
a un lugar donde cualquier cosa puede pasar y nada de ello bueno.
Además es clamoroso ver como arbitrariamente se actúa en
unos lugares interesadamente y otros donde están pasando cosas gravísimas nadie
hace nada, por ejemplo las matanzas y la persecución de católicos en África,
amén de guerras que se alargan en los años en aquellos lugares. Pero ahí no
interesa y nadie hace nada, salvo ponerles la alfombra roja a los negritos
cuando vienen a Europa.
- Resulta
muy complejo hacerse el fuerte cuando se depende del suministro del gas ruso
Amigo, que gran verdad. Es como si yo, que si no estoy
pidiendo en la puerta de una Iglesia o en un semáforo en Madrid es gracias a
mis padres, quisiera hacerme el chulo y el fuerte con ellos. O si una empresa
cuya supervivencia depende de un solo comprador se pone a hacerse el chulo con
él. Simplemente no está uno en condiciones.
El gas ruso de Gazprom depende de ellos, de su suministro,
si nos lo cortan podemos tener problemas muy graves. Ante este panorama
evidentemente no estamos en las mejores condiciones de ponernos chuletas con Rusia.
Más bien todo lo contrario. De nuevo…Putin hace lo que puede…¡porque puede!
Porque tiene la sartén por el mango.
-No,
nadie está dispuesto a morir por Crimea. Posiblemente ni los ucranianos. Y
calentar retóricamente el escenario en un intento de resultar más creíble en realidad
es más que peligroso. Estando donde estamos, el problema estratégico ya no es
Crimea, es la lectura que van a hacer todos los demás que están claramente en
contra de los intereses occidentales.
De nuevo a mi juicio da en el clavo. Nadie da un duro por
Crimea porque Crimea importa un pepino, ni tan siquiera a la misma Ucrania. Y
hacerse el chulo y el fuerte cuando en realidad sabes que no estás en
condiciones de hacerte el duro ni el fuerte porque simple y llanamente no vas a
hacer nada, porque no tienes capacidad para ello, es solo muestras de tu
debilidad, dar alas al terrorismo islámico, a los ayatolás, a las potencias
comunistas como Corea del Norte y a todo la banda basurienta inhumana que
anhela colonizar sino exterminar occidente, a la cual pertenecemos.
- Idealmente
habría que parar a Putin, pero eso no es pensable porque no es posible. Cuando
no se está dispuesto a usar pelotas de goma para defender las fronteras de uno,
defender a un tercero es, cuando menos, poco creíble. Más bien un acto de fe. Y
la estrategia no se cementa en la fe.
Fantástico y amén en todo. Lo he dicho arriba, lo ideal
sería para a Putin, pero para hacer eso hay que tener, como se dice llanamente,
la sartén por el mango, y desde Europa no tenemos la sartén por el mango
gracias a los memos que nos gobiernan, al buenismo internacional, a los
diplomáticos amantes del diálogo al estilo ZP.
Efectivamente y cuantísima razón por Dios, donde demonios
queremos ir a defender a terceros cuando ni siquiera somos capaces de defender
nuestras fronteras de la invasión extranjera que sufre Europa, y si lo hacemos
es usando pelotitas de gomas y la cantidad de seres deplorables que pastan en
Europa montan en cólera por los derechos humanos de los negritos.
¿Y mis derechos
humanos como europeo y español donde están? ¿Yo no tengo derecho a tener un
trabajo digno, un sueldo digno que me permita vivir dignamente, no tengo
derecho a tener una vivienda digna? Yo ni tengo trabajo, ni digno ni no digno,
si encontrase algo es en condiciones deplorables y de poder tener una vivienda
ni hablamos. En Europa hemos perdido el norte sencillamente, dando a los de
fuera lo que negamos a los nuestros.
De lo que hablaba antes pues sencillamente no tengo que irme
de fuera de España para poner un ejemplo. Mandamos al ejército a defender
lugares remotos, haciendo no se qué historias humanitarias, poniendo
supuestamente orden en países extranjeros, y mientras España está patas arriba,
hundida en la miseria y en el paro, con la Unidad Nacional seriamente amenazada
por Cataluña y a rebufo viene Vascongadas. Y nuestros soldados llevando a los
niños al colegio en no se que lugares remotos. Hemos perdido el norte por
completo gracias a una banda de miserables burócratas que viven como sultanes a
costa de todos.
- Lo que
convendría hacer es definir de verdad dónde se juegan nuestros intereses
estratégicos, fijar unas claras líneas rojas y fortalecer las acciones comunes
en esos puntos y políticas. Y declarar que Crimea nos importa un pimiento. Pero
claro, eso sería tanto como reconocer que el buenismo internacional, tanto de
izquierdas como de derechas, ha sido un gran fiasco y que el siglo XXI se sigue
rigiendo por los mismos principios que todos los otros siglos que conocemos: el
poder y la fuerza. Demasiado para un occidental posmoderno.
El artículo lo remata así, de una forma magistral.
Primero apunta a lo que es obvio, que hay que renunciar a
Crimea, a Irak, a Afganistán y a la madre que parió, que se apañen entre ellos porque a Europa
debe importarle un comino lo que pase y allá os lo comáis con patatas, ya está
bien de ir salvando la vida a todo el mundo gastando billones de nuestros
bolsillos, y de una P… vez definir claramente y con contundencia cuales son
nuestros objetivos, nuestras líneas rojas y hacer frente común.
Pero cuando no se
tienen claros los conceptos, que es lo nuestro y donde acaba lo nuestro, pasa
que se mete las narices en todo y en el fondo no se meten en nada. Y así nos va
y así estamos.
Dice el autor que todo esto sería reconocer el buenismo
internacional. Qué gran verdad, no se le pueden pedir peras al olmo. Los
pijo-progres han destruido Europa con su cobardía, buenismo y compeljos.
El buenismo internacional, como digo…meter las narices en
todo para salir escaldados sin atender lo que de verdad pasa en nuestro suelo,
ha sido el gran fiasco de nuestro tiempo.
Nos creemos mejores, más avanzados, más civilizados que
nuestros antepasados. Efectivamente ahora no hay guerras donde se matan en una
batalla a 300.000 personas, pero que no nos engañe el buenismo internacional
copado de masones como Mariano o Zp, el mundo se rige en este siglo por los
mismos principios que todos los siglos anteriores: EL PODER Y LA FUERZA, y así
seguramente seguirá siendo. El pez grande seguirá comiéndose al pequeño, y el
Putin de turno si puede actuar para defender sus intereses lo hará, porque sabe
que puede hacerlo. Y desde Europa silbando mirando a las nubes con las manos en
los bolsillos.
La diferencia entre la Rusia de Putin y la Europa de hoy es
abismal: mientras uno hace POLITICA con mayúsculas, los otros hace política de
perfil bajo, como se dice hoy. Mientras uno defiende sus intereses jugando sus
cartas, los otros andan buscando gamusinos por el monte. Mientras Putin juega
al ajedrez en Europa jugamos a las damas, y así nos va.
La decadencia de Europa es esta. El occidental posmoderno,
que va tan feliz a trabajar por un sueldo mísero con su Iphone en el bolsillo,
que viste a la última siempre para no quedarse atrás, que tecnológicamente está
actualizado al segundo y que en el fondo está idiotizado en el llamado buenismo
internacional porque se cree moralmente superior a todos los seres humanos que
han existido antes que él. Que desgracia. Hoy se hacen raperos, al otros “hipsters”(por
lo visto es una nueva moda). Hoy se dejan barba, al otro se dejan bigote porque
es la moda cuando hasta hacía 6 meses decían que llevar bigote era cosas de
fascistas. Son los esnobs de los que ya hablaba Franco. Que lastre de personas.
Si Europa no se refunda, no establece soluciones a los
gravísimos problemas por lo que atravesamos y sin duda los que se avecinan,
Europa desaparecerá o al final habrá otra guerra mundial, como defiende mi
abuelo.
Si desde Europa no empezamos a poner límites a la invasión
extranjera que padecemos, Europa en menos de 50 años habrá perdido su cultura,
sus raíces y su esencia. Y ya no será Europa, será otra cosa.
Si desde Europa no se pone fin al liberticismo religioso en
especial al islamismo, Europa en 50 años estará rezando a la Meca, estará
prohibido comer cerdo, estará permitido tener varias mujeres y habremos
retrocedido varios siglos sino en algunos lugares se apedrearán a los infieles.
Europa está siendo descristianizada gracias al buenismo acomplejado de unos memos
y a la maldad intrínseca de los otros que odian profundamente a la religión
católica y que antes preferirían ver una Europa bajo la media luna antes que
seguir siendo una Europa cristiana.
Si desde Europa no se detienen movimientos separatistas de
una forma contundente en breve crecerán los enanos, y entonces no habrá forma
de parar la situación. Y no se está dando respuesta a estos movimientos
criminales y totalitarios, ni desde Europa ni desde los propios países donde
emergen. Buen ejemplo de ello es España.
Si desde Europa no ponemos fin al desmantelamiento de empresas
en nuestro suelo para irse a producir donde vale la décima parte….el paro y la
miseria se llevará Europa por delante, sin excepción. Si Europa no resuelve sus
problemas económicos lo que se puede venir encima no quiero ni imaginarlo.
Yo de política apenas si se lo poco que hablo aquí bajo mi
humilde opinión. De España se algo más, de lo que pasa fuera menos. Seguramente
en muchas cosas seré una oveja más del rebaño engañada hasta las trancas, pero
tengo claro que España no me gusta nada hoy, y la Unión Europea menos, ya que
mucho mal del que padecemos viene de fuera. La UE es una engañifa para tontos
incrédulos. Que al final tanto Europa y tanta milonga y cuando has de hacer un
trámite ordinario, como puede ser llevarte un coche de un país a otro dentro de
la UE o convalidar un título oficial de estudios, de esos que te venden a las
mil maravillas como válido en toda la UE, te das cuenta del engaño que es la
Unión Europea. Una farsa sin paliativos para tener a GENTUZA como Elena
Valenciano cobrando una millonada a costa de todos los europeos.
Si desde Europa no hacemos nada, si no se aparta al
buenismo, el buenismo, lobos con piel de cordero, acabarán con todos nosotros.
O llegará otro Hitler con otro nazismo, u otro Stalin con otra Unión Soviética.
Las bases para que ello suceda están puestas.
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