Como persona
de derechas que soy defiendo a capa y espada la iniciativa y la propiedad
privada, y defiendo que una empresa no es una ONG (de hecho cuánto se podría
hablar de cuánto dinero pillan muchas ONGs y cuánta gente vive de ellas, algunos bastante bien por cierto).
El que monta
una empresa arriesgando su patrimonio y su dinero es totalmente lógico y lícito
que quiera ganar dinero, cuanto más mejor y que además (estaría bueno) gane más
dinero el dueño de la empresa que sus empleados.
Ahora bien,
lo de ganar dinero y cuanto más mejor tiene unos límites éticos y morales. Un
empresario no puede forrarse a costa de tener una plantilla formada en su 90%
por becarios que no cobran salario alguno y cada seis meses renuevo la plantilla entera. Un
empresario no puede forrarse a base de cubrir puestos de trabajo fijos con
trabajadores provenientes de empresas de trabajo temporal para echarlos sin un
duro cuando te parezca. Un empresario no puede forrarse a costa de tener a
cuatro trabajadores extranjeros que no los tiene ni dados de alta en la
seguridad social para ahorrarse un dinero que va directamente a su bolsillo. Un
empresario no puede forrarse a costa de pagar sueldos tercermundistas a los
trabajadores excusándose en lo mal que está todo cuando él cambia de Audi o de
Mercedes cada año y manda a sus hijos a estudiar a EEUU. Un empresario no puede forrarse a cualquier costa. Y eso
está pasando en España.
El número de
ricos ha crecido con la crisis. Es un dato, un hecho, no una opinión. El sector del lujo ya ha dejado atrás la crisis, es otro dato.
La falta de
humanidad que estamos viendo en esta crisis es para replantearse si quizás Dios
no debería mandar otro diluvio universal.
Yo
normalmente he creído siempre y así me lo han transmitido en casa que las
desgracias unen a las personas, a las naciones, a los pueblos, que sensibilizan a las personas. Pero en los
tiempos que vivimos ya ni eso. Sálvese quien pueda y si por el camino te puedo
robar la cartera mejor que mejor.
Una de las
cosas que más me repugnan de España es el empresariado que existe, la “casta”
empresarial” en clave de Podemos.
Salvo
honrosas excepciones el empresario español, a diferencia de otros empresarios
en el resto de Europa, jamás ha buscado levantar un negocio para crear
prosperidad o puestos de trabajo, innovar u ofrecer algo distinto. No. El
empresario medio español invierte y crea un negocio con un único fin: forrarse
él mismo pasando por encima de quien sea y ganar dinero, mucho dinero a toda
costa sin importar los muertos que caigan por el camino. Y esto es intolerable
y deja a las claras porqué en algo tan importante como es el trabajo estamos
como estamos. De hecho la prueba del algodón de esto que digo es la situación
actual. No hay apenas empresas en España que se dediquen a eso que hoy llaman
I+D, investigación y desarrollo para los aldeanos como yo. ¿Por qué? Pues
porque en España todo kiski se subió en la burra del ladrillo que era lo que
daba dinero a espuertas, todo lo invirtieron en la construcción y el pelotazo y
salvo cuatro pelagatos nadie se ocupó de montar una empresa que fuese
competitiva el día que la burbuja llegase a su fin, algo con lo que ser competitivos, fabricar tal componente o tal producto que no fuera algo relacionado con la construcción. Entre montar una
inmobiliaria, una constructora o una empresa que innovara en algo diferente se montaba
siempre a inmobiliaria o la constructora. Es una prueba más que fehaciente de
lo que denuncio. Se abrieron negocios y crearon empresas con un único fin:
forrarse. No por iniciativa o vocación empresarial. Esto es como el que jamás
había visto una carrera de Fórmula Uno y cuando el boom de Fernando Alonso no
se movía del sofá desde las 8 de la mañana y se compró el polo, la gorra y todo el merchandising habido y por haber de
Fernando Alonso. Ese espécimen en el fondo se sube a la moda del momento pero el deporte o
la Fórmula Uno le importa un carajo.
Para forrase estos
tipos no dudan en utilizar todas las trabas burocráticas y vacíos legales
aprovechándose de las leyes repugnantes que tenemos, e incluso saltarse la ley
si es menester.
La labor
social que hace un empresario honesto y leal es impagable y son los que de
verdad hacen PROSPERAR con letras mayúsculas a una nación. Es admirable. Y a
diferencia de la izquierda cuyo afán es aniquilar la iniciativa privada para
que todo el mundo viva del Estado, cobre del estado, si no hay iniciativa
privada el estado es imposible mantenerlo incluso a costa de masacrar a
impuestos a la sociedad, y con ello los servicios públicos que tanto dicen
defender son imposibles de mantener.
En mi casa bienintencionadamente siempre me recomendaron y me
insistieron (porque es lo que a ellos les inculcaron) que para vivir bien me
metiese en algo del Estado y a vivir la vida. Nunca dudé de la buena fe de mis
padres pero con esa mentalidad el país se hunde si resulta que el afán de todos
los jóvenes es ser funcionarios. Con esto tampoco quiero decir que esté en
contra de lo público, pues soy firme defensor de los servicios públicos.
Hay que
fomentar la iniciativa privada, dar todas, absolutamente todas las facilidades
para que la gente monte su negocio, para que no cierre el que atraviesa un
bache, para que le vaya bien, para que tenga crédito a un bajo interés, para
que así contrate a personas y baje el paro. Pero claro, te encuentras con Rajoy
y con Montoro y qué negocio vas a montar si te van a moler a impuestos, a
trabas burocráticas, a leyes y normativas absurdas, a millones de papeles, de
licencias, y todo pagando, pagando y pagando. Y eso un gobierno que dice estar
a favor de la iniciativa privada…..
Por desgracia
el empresario medio español siento decirlo así no es alguien honesto y
comprometido socialmente. El empresario medio español prefiere contratar a
inmigrantes por puro interés de explotación antes que a españoles aunque haya 6 millones de
nosotros en el paro. El empresario medio español aprovecha todos los resquicios
que tiene la ley para hacer la trampa, para pagar menos al trabajador, para
quitarte las vacaciones, para escamotearte la paga extra, para ahorrarse 6
euros si hace falta.
Una de las
cosas que he defendido siempre es de qué coño vale tanta democracia, tanta
ley, tantos derechos humanos y tanto papel mojado si lo más elemental en la
vida de una persona como es tener un trabajo digno y estable es negado. El
trabajo…derecho…¡y obligación! Y como dice la Biblia: el que no trabaje que no
coma. Qué bonito estar poner en la Constitución cosas que no puedes cumplir.
Que gente con
carreras esté condenada al paro, a trabajos de telefonista, de manipulador de
alimentos o de mozo de almacén con contratos por días o por semanas cobrando
auténticas miserias y en unas condiciones tercermundistas da una imagen clara
del nivel empresarial que tenemos, de la usura y la avaricia. Y no
necesariamente hablo de un tallercillo en un polígono, que también, sino de
grandes empresas internacionales cuya falta de escrúpulos es vomitiva. Vienen a
España porque estamos de liquidación y a eso nuestros políticos le llaman
inversión, lo llaman confianza. A otro perro con ese hueso.
Me comentaba
ayer un familiar que a una amiga suya la habían contratado de ayudante de la
ayudante de recepción de un hotel por 400 euros al mes tras pasar tres
entrevistas y pedirla una carrera y tres idiomas (español, inglés y alemán). Es
para cogerle al empresario con un látigo y empezar a darle en la espalda hasta
que suplique perdón y cuando suplique perdón ponerle a él a trabajar por 400
euros para que sepa lo que hace a los demás.
Conozco casos
de personas que con carreras y dos y tres idiomas han estado trabajando 12 y 13
horas al día por sueldos de 600 euros.
Hoy por
enésima vez me he dado una vuelta por mi ciudad echando curriculums en las
malditas Etts que las odio con saña. El panorama es para echarse a llorar o directamente
con los pocos ahorros que uno tenga irse de España. Un horario limitado para
dejar el curriculum. Si llegas 5 minutos antes o 5 minutos después de ese
horario no te atienden, y eso que vas a ofrecerte, que con tu trabajo van a
ganar un dinero de lo que ellos viven. Allí he podido ver a un chaval joven que decía que su último
trabajo ha sido en una sala de apuestas pidiendo el DNI en la entrada. Un señor que estimo en
unos 50 y pico años con chándal pidiendo trabajo. Le he visto el curriculum al
señor y era un folio por una cara que le sobraba media hoja, y he pensado para
mi: seguro que este pobre hombre es el típico que llevaba desde los 14 años
trabajando en un sitio, con la crisis o han cerrado o le han echado y teme no
volver a trabajar nunca más. No me quiero ni imaginar la situación de estas
personas. He pasado también por la oficina del Inem y parece aquello la oficina
de extranjería. He sentido asco. Todo lleno de dominicanos, peruanos, etc…con
el agravante de ir con unas pintas de gentuza que dan ganas de meterlos en un
barco a todos y mandarles a tomar por culo de aquí donde sea.
Y ante esta
banda de gentuza, de explotadores y de sinvergüenzas protegidos por PPSOE uno
casi que acaba pensando como un bolchevique de Podemos y acabe deseando que las
tornas cambien algún día y que esta gentuza que con la crisis han aumentado su
patrimonio, su poder adquisitivo aprovechándose de la necesidad de la gente
acaben pidiendo, suplicando bondad y misericordia. La misma que tienen ellos a
la hora de ROBAR el dinero a un trabajador amparándose en la crisis o de
echarle a la puta calle porque un día ha llegado cinco minutos tarde o
simplemente porque he venido de malas porque he discutido con mi mujer.
He estado en
empresas donde el 80% de la plantilla era trabajadores temporales de ETT (yo
también), donde a las chicas que llegaban nuevas según como tuvieran el culo y
las tetas las dejaban un par de meses antes de echarlas o a la semana las
echaban diciendo a la ETT que no trabajaban bien, y en la ETT evidentemente a
esa persona se la pone una cruz, lo cual te inhabilita para volver a trabajar
allí. Pero a ellos que les importa. Además no te echaban diciéndotelo allí a la
cara, en persona. Ni para eso tienen valentía. Esta gentuza llaman a la ETT y
les dicen: que fulano no vuelva mañana, y ellos te llaman para decirte: nos han
llamado que ya has terminado. Y si tienes un hijo como si tienes tres y una
hipoteca como si te van a desahuciar si no pagas. A nadie le importa
absolutamente nada, no hay misericordia.
Lo extremadamente grave es que a veces no es el propio
empresario el que comete estas atrocidades sino los propios trabajadores,
curritos como tú que están medio peldaño por encima de ti, el encargado o encargaducho
que gana 100 euros más que la última mierda de la empresa. Auténticos negreros,
perros de presa del empresario, buitres de turno. Como bien dice mi padre todos
estos jefes y empresarios déspotas necesitan de esbirros para imponer su ley.
Hitler o Stalin los tenían. Por ejemplo entre los judíos que eran encerrados,
masacrados y maltratados había guardianes judíos que los maltrataban, que a cambio de hacer como
chivatos o como perros de presa recibían medio mendrugo de pan de premio y
algunos privilegios. Estas cosas están pasando hoy en el mundo laboral donde
compañeros de trabajo que están a tu lado son perros de presa del empresario.
Ojalá algún día todo el mal y el dolor que han causado les sea devuelto de la
peor manera posible. Yo lo he sufrido con creces.
Ante este
panorama de odio, de falta de todo casi pide uno a gritos un paredón de
fusilamiento.
Hay empresas,
lo digo a modo de ejemplo para ver hasta dónde llega la vileza y la inteligencia
de los que mandan, donde para dividir a la plantilla (divide y vencerás) tienen diferentes bandas salariales. Hay tres
o cuatro que cobran bien o muy bien y el resto cobran una basura en condiciones
deplorables sufriendo el abuso del empresario. ¿Qué te niegas a hacer el
trabajo? Despedido y llega el que cobra pasta y lo hace, que en el fondo es un
sumiso bien vendido que actúa como decía anteriormente como perro de presa. Y
así se aseguran la división dentro de la plantilla y la seguridad que no se van
a poner de acuerdo para hacer una huelga, porque algunos sí tienen mucho que
perder.
El vivo
ejemplo del empresario sinvergüenza sin escrúpulos que retrato es Díaz Ferrán.
Un individuo sin escrúpulos que mientras se declara en bancarrota vive forrado
con sus miles de millones bien a salvo fuera de España sin pagar a hacienda,
que no paga a los trabajadores de sus empresas porque no le da la gana (viajes
Marsans), que se ríe de todo y de todos porque se cree por encima de la ley y
no contento con ello se permite hacer observaciones como decirnos a los
españoles que para salir de la crisis hay que trabajar más y cobrar menos.
Claro, y tú mientras te quedas con una buena tajada, que listillo. Díaz Ferrán
sin duda es el vivo ejemplo del clásico empresario español que ha arruinado
España por su avaricia desmedida de tener más y más dinero a base de ganarlo
pasando por encima de familias, desahucios y sabe Dios qué más. Si tan
cristiano es como se le veía en la tele espero que Dios le haga buena justicia.
Amancio
Ortega. Es cierto, creó Inditex de la nada. Se hizo a sí mismo, en cierto modo
es un ejemplo de muchísimas cosas. Todo esto me parece genial, pero ahora digo
yo: una vez que la empresa cada año gana más dinero que el anterior, va como un
tiro, tienes más dinero del que jamás vas a poder gastar, ¿no sería un bonito
detalle ganar un poco menos y fabricar la ropa en España en vez de hacerla en
Taiwán o Vietnam? Si, sería un bonito detalle……Y Amancio Ortega es cierto que
da mucho dinero a Cáritas, que en sus empresas existe la llamada “paga Amancio”
que es un dinerillo que da por su cumpleaños a los trabajadores, que la gente
come casi gratis en los comedores que hay en sus empresas, y más cosas. Lo
agradezco, pero creo que se podría hacer mucho más que dar limosna del
bolsillo.
Y ante este
panorama desolador en el que la gente se tira cinco, siete, ocho años en paro
sin trabajar y el día que le sale un maldito empleo se encuentra con este
panorama ¿cómo la gente no va a votar a Podemos si te están prometiendo el
paraíso? Votas a lo que sea con tal de echar a los que han hecho esto. Votas con odio, con ganas de venganza. Cuando
la gente no tiene nada que perder vota a la desesperación y cree al primero que
pasa por delante aunque este sea un payaso comunista charlatán con coleta, y
aquí he de hacer un inciso: si Podemos tiene 7 u 8 millones de votos que nadie
se haga trampas al solitario pensando que en España hay 7-8 millones de ultras
de extrema izquierda o de perroflautas. En absoluto. Es que hay tal cantidad de
personas hundidas, desesperadas que van a votarles por desesperación deseando
que las cosas cambien.
A lo mejor es
el mundo de la fantasía en el que sueño, pero que bonito sería vivir en un
mundo donde la figura del empresario fuera respetada y venerada porque este
diese trabajo a la gente, repartiese beneficios y en definitiva sembrase
prosperidad para el futuro. Qué bonito sería que en vez de racanear 100 euros a
los empleados excusándose en que los beneficios no dan para más un empresario
en vez de comprarse un coche con 30 extras se lo comprase con 10 y el resto del
dinero lo repartiese entre sus trabajadores, pues no olvidemos que sin los
trabajadores la empresa no es nada.
No quiero decir tampoco que todos los
empresarios sean de este tipo, pues hay muchísimas empresas y pequeños negocios
haciendo esfuerzos muy grandes por mantenerse a flote y no cerrar dejando a
muchas personas sin trabajo. Lo se de buena mano, donde incluso el jefe o dueño
ha puesto no dinero, sino mucho dinero de su bolsillo, de su familia, para
seguir pagando a los empleados quedándose él sin cobrar muchos meses.
Tampoco vamos
a demonizar la figura del empresario presentando al trabajador como alguien
angelical, honesto, un represaliado, pues tengo claro que la inmensa mayoría de los
asalariados si estuvieran ellos dirigiendo la empresa a lo mejor serían aun más
usureros, avaros y déspotas que el dueño
al igual que todos los que despotrican en el bar y en la calle de la corrupción
si fueran ellos los que tuvieran acceso a la caja del dinero se llevarían lo mismo
o incluso más.
Yo si fuera
presidente del gobierno tras acabar con el sistema autonómico y cerrar el grifo
al despilfarro y al nacionalismo lo siguiente que haría sería reunir al empresariado
y hablarles claro: “Vais a tener todo mi apoyo para levantar esto, pues sois
vosotros creando empleo los que tenéis que levantar esto para sacar a España de
la inmundicia. Por mi parte todo mi apoyo en forma de medidas, ventajas
fiscales y bajadas de impuestos, pero como no cumpláis con vuestro compromiso y
os dediquéis a llenaros el bolsillo yo saldré de la Moncloa con los pies por
delante, pero vosotros salís con los pies por delante de España”.
Ya está bien
de robar a los trabajadores, de escurrir el bulto, del ninguneo y el desprecio
sistemático, de la humillación permanente, de la trampa, de la estafa, del
reírse en tu cara con total impunidad.
Gran parte
del problema que tenemos en España aparte del político y de los propios
españoles es por culpa del empresariado y de su falta de ética. Podemos hablar
de los problemas políticos, de las mil leyes absurdas, de los impuestos, de la
crisis. Podemos hablar de todo ello, pero nada de eso justifica tratar así a
las personas. Nada justica tratar a personas como si fuera pura mercancía y a
veces ni eso, pues qué te partas una pierna o un brazo al empresario no le
importa, que se le rompa una televisión sí le importa mucho. Nada justifica
llamar a un chaval a las diez de la mañana para que se vaya corriendo a
trabajar a descargar camiones y a las 12 le eches porque te has quedado sin
trabajo.
España más
que nunca necesita empresarios con mayúsculas, emprendedores. Gente dispuesta a
dar lo mejor de sí mismas no con la idea número uno de forrarse para tener
cientos de millones, sino para crear un tejido empresarial, crear empleo de
calidad, crear, en definitiva PROSPERIDAD PARA UNA NACIÓN. Para ello es indispensable que existan unas políticas estatales propicias que fomenten todo esto, además de eliminar de raíz todo el entramado burocrático que arruina cualquier iniciativa empresarial.
Mientras no
existan grandes empresarios que prefieran quedarse en España, producir en
España, pagar impuestos en España y dar trabajo a los españoles a costa de
ganar menos dinero sacrificando una parte de sí mismos y su dinero para salvar
a España mucho me temo que es matemáticamente imposible que salgamos de la
crisis cuando las grandes empresas se han marchado todas fueras y lo único que
mantenemos es la empresa del automóvil, y a base de subvención y de chantaje
permanente. Ya sé que si el teléfono móvil se fabrica en China se fabricase en
España en vez de 200 euros valdría 500 euros, pero precisamente si se fabricase
en España dando trabajo a los españoles a lo mejor sí tendríamos 500 euros para
gastarnos en un móvil.
España
necesita imperiosamente empezar a inculcar desde niños como sucede en EEUU la
cultura empresarial. Hay que barrer la idea de que lo mejor es ser funcionario.
Hay que dar valor de qué significa ser empresario. De que ser empresario no es
vestir de traje, tener un despacho cojonudo y llegar a la oficina a las diez de la mañana en un coche
de lujo con gafas de sol porque no sabes ni el dinero que tienes en el banco.
Como me dijo un profesor de universidad, ser ingeniero no es pasearte por la
fábrica con americana y zapatos y cobrar el triple de dinero que el resto a
final de mes.
Yo con la
crisis veo que la cultura empresarial, la iniciativa privada ha aumentado. La
gente está echándole valor y coraje para, contra viento y marea, contra la crisis,
contra el desánimo, contra Montoro y Rajoy, levantar negocios como el que tiene
un hijo. La gente alquila un local, tiene una idea, invierte su dinero,
trabajan como burros, todo para salir adelante.
Ayer por la
tarde dando un paseo por un barrio de mi ciudad con mi abuelo en una calle he
podido ver una tienda de tarimas y suelos, otra de vestidos de novia, dos de
informática, un dentista, varios restaurantes-bares-cafeterías, una tienda de
pinturas, una carnicería, una pastelería, un minigimnasio, una clínica de
fisioterapia….Algunos negocios de estos que he citado llevan tiempo abiertos,
otros son nuevos, señal que la gente quiere vencer las adversidades de la vida,
que la gente quiere salir adelante, no hundirse en el desánimo, que si nadie te
da trabajo créalo tú. Por el contrario con bastante tristeza he podido ver
otros muchos locales cerrados a cal y canto donde había otros negocios, algunos
bastantes longevos, que han cerrado arrasados por la crisis.
La cultura
empresarial debe de cambiar, y mientras el objetivo número uno del empresario
sea llenarse los bolsillos de dinero a cualquier precio….seguiremos como
estamos, o sea mal. La riqueza seguirá en manos de unos cuantos déspotas
malnacidos que son los que seguirán manejando el tinglado como el que juega a
la Playstation. La planta de Navarra la cierro, 300 a la calle. Esto lo
subcontrato a esta empresa china y me ahorro 800.000 mil euros al año, y en la
nueva nave que vamos a abrir en Toledo salvo cuatro el resto todos de Ett y
como muchos seis meses en la empresa y luego fuera.
Quizás la
solución (utópica solución quizás) radique en que cada parte del puzle,
trabajador y empresario, obrero y patrón, asuma cada uno su responsabilidad, su
rol y sus obligaciones y deberes honesta y lealmente como decían José Antonio
Primo de Rivera.
El empresario
no puede ser un déspota sin escrúpulos cuyo único objetivo es hacerse
millonario. Y el currito no puede seguir con la eterna aspiración de exigir lo
que no está en la mano del empresario, y trabajar poco y cobrar mucho.
Algunos dirán
que es imposible que haya un empresario como el que a mi me gustaría que lo
hubiese. Mentira, esos empresarios los hay, y hay muchas más personas que hacen
cosas altruistamente. Quizás no se base en que el empresario sea una persona
altruista, pero al menos sí más generosa y más humana.
Don Santiago no cobró
nunca del Madrid. Ni como futbolista, ni como directivo.
«Si fuera verdad que soy tan buen empresario me hubieran salido proposiciones para regir otras empresas. Yo estoy aquí porque es gratis, y en el fondo nadie quiere hacerse cargo de las cosas que son gratis». Le bastaba el afecto del club y puede que ni siquiera eso. «Yo he trabajado siempre por el ideal, no por ganar dinero. La gente no comprende la modestia, la humildad, el sacrificio. ¡Hombre, por favor! ¡Por amor de Dios!... ¿Y el ideal? ¿Dónde está el ideal?».
«Si fuera verdad que soy tan buen empresario me hubieran salido proposiciones para regir otras empresas. Yo estoy aquí porque es gratis, y en el fondo nadie quiere hacerse cargo de las cosas que son gratis». Le bastaba el afecto del club y puede que ni siquiera eso. «Yo he trabajado siempre por el ideal, no por ganar dinero. La gente no comprende la modestia, la humildad, el sacrificio. ¡Hombre, por favor! ¡Por amor de Dios!... ¿Y el ideal? ¿Dónde está el ideal?».
Ahí quedó definido un
hombre. Y su empresa.
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