jueves, 4 de febrero de 2016

¡Miserables!

Define la Real Academia de la Lengua Española la palabra miserable entre otras acepciones como algo malvado o perverso.

Miserables es la primera palabra que se me ha venido a la boca en cuanto he visto la noticia que es la que voy a comentar en esta entrada, y no es otra que la retirada de la placa en el cementerio de Carabanchel en memoria de los carmelitas fusilados en tal lugar un 18 de Agosto de 1936 por los antepasados de los que hoy borran la historia de esta forma tan ruin, asquerosa y repugnante.
 
 

 
Subiendo por la calle Monseñor Oscar Romero de Madrid, en el madrileño  distrito de Carabanchel, al final del todo, aun sin asfaltar, se encuentra el cementerio viejo de Carabanchel. Sobre la pared del cementerio esta la placa que recuerda lo que hicieron los antepasados de Carmena, Iglesias, comunistas y socialistas, todos juntos de la mano, y toda esta puta gentuza que hoy además, según el día sea par o impar, o presumen de sus crímenes, o los ocultan quitando todo lo que sea un recuerdo de sus atrocidades. Dicen llamarse los ayuntamientos del cambio. Otra forma de hacer política, repetían continuamente. Y a punto están de asaltar el poder nacional, lo cual deja a las claras la miseria moral y el nivel intelectual del pueblo español.
 
 

 

Un cementerio, el de Carabanchel, que pertenece al ámbito de lo privado, a la Iglesia. Según uno de los operarios del cementerio ha llegado una furgoneta, la ha quitado y se la ha llevado. Eso, como los rumanos con el robo de cobre, se llama ROBAR. ROBAR  es ilegal y ROBAR, triste es tener que decir esto, está MAL, lo digo porque en esta España ya no se distingue el bien del mal.
 
 

 

No tengo palabras para calificar tal atentado contra la dignidad y la memoria colectiva de España. De nuevo como en los años en los 30 y como es habitual en la izquierda la barbarie, la envidia, el rencor, el odio y la ansias de venganza se imponen sobre lo decente, sobre el sentido común.

Por los motivos que sean he ido varias veces a ese cementerio y siempre me he fijado en esa placa y recordado a aquellos pobres chicos que murieron fusilados en aquel lugar.  Su único delito: ser religiosos. Para aquellos que presumen de demócratas, antes y ahora, es un delito que se paga con la vida. Cementerio en el que dicho sea de paso se encuentra enterrado Agustín Muñoz Grandes y bastantes caídos de la Cruzada de Liberación Nacional y aviadores de la Legión Cóndor.
 
 

 
Hace tiempo escribí unas líneas sobre estos hechos acontecidos el 18 de Agosto de 1936, un mes justo después del comienzo de la guerra. Lo volveré a repetir al final, para que se conozca la historia de lo que sucedió pues de ninguna manera semejantes crímenes deben caer en el olvido. Chicos de entre 18 años el más pequeño y 22 el más mayor fusilados por ser religiosos. La justicia proletaria de la que habla Pablo Iglesias.
 
 

El circo político…el habitual: los talibanes de Podemos sacan pecho y presumen de sus fechorías, los del Psoe que son los artífices de todo mal tiran la piedra pero esconden la mano, y en el PP no tiran la piedra pero no dicen esta boca es mía. Lamentable.

¿Y la Iglesia? A la Iglesia se le debería caer la cara de vergüenza en muchas cosas. Una vez más callan, callan y vuelven a callar, no vaya a ser que les acusen de franquistas. Cuando se han producido reivindicaciones como beatificaciones como la de Tarragona hace dos años por ejemplo la Iglesia habla de “muertos” por su fe. ¿Muertos por su fe? ¿Murieron de un infarto miles de religiosos todos en un plazo de tres años, concretamente entre 1936 y 1939? ¿Se pudieron todos de acuerdo para morirse? No. Murieron ASESINADOS POR LOS ROJOS, los mismos que han resurgido de sus cenizas hoy encarnados en Podemos, Izquierda Unida, los nacionalistas y el Psoe. El PSOE, que nadie se lleve a engaño. El mismo que cada vez que gobierno destroza España, el Psoe antinacional y sectario de siempre, el Psoe corrupto de siempre, el de Zp, Rubalcaba y Pedro Sánchez, el de educación para la ciudadanía, el de la ley de memoria histórica. El Psoe por el que un sector de la derecha suspira.
 
 

Haciendo un esfuerzo muy superior al que mi imaginación es capaz de alcanzar puedo llegar a entender que odien a Franco y quiten sus estatuas. Pero ¿quitar una placa que recuerda a unos niños que murieron fusilados por el mero hecho de ser religiosos? ¿Alguien puede explicarme qué relación tiene esto con Franco? ¿Le gustaría a esta puta gentuza que el PP o el partido que fuese retirase, por poner un ejemplo, la placa y monumento a los periodistas asesinados de Atocha? ¿Se imaginan que sucedería si una mañana descubren que el ayuntamiento de Ana Botella ha retirado y destrozado tal monumento? ¿Sigo? ¿Es que acaso la vida de unos vale más que la vida de otros?
 
 
 

Pero es que la cosa no termina ahí. Van a retirar placas y monumentos a José Calvo Sotelo, líder de la derecha asesinado por agentes del Partido Socialista. Tampoco tuvo relación con Franco. También han quitado el monumento al Alférez Provisional, y la palca que recordaba a un falangista asesinado por milicianos. Y suma y sigue. Por lo tanto ya no es barrer el franquismo de las calles, es reescribir la historia a golpe de martillo, piquete y si me apuran hasta artefacto explosivo si les dejan. De nuevo la barbarie roja se impone sobre el sentido común, que es el menos común de los sentidos. El odio y la barbarie echa ley y casi norma.
 
 

Y así se reescribe la historia de España. Hablando de democracia y de payasadas vacías de contenido destrozo monumentos porque me sale a mi de los cojones, y así de paso convierto a los héroes en asesinos, y a los asesinos en héroes. Ya lo dije hace tiempo…Caín es Abel y Abel es Caín. Ya no se sabe si fue Caín quien mató a Abel o fue al revés, y en caso de duda tiro por la calle del medio y digo que cada cual tuvo su parte de culpa y sus cosas buenas y sus cosas malas y que es mejor no volver a recordar el pasado.
 
 

Pues desde aquí señores yo digo no ¡NO! Caín mató a Abel. Punto. Uno fue el asesino y el otro el asesinado. Y se recordará una, mil y un millón de veces. Tantas como días tenga el calendario. Y la realidad le joda a quien le joda es que aquí hubo una guerra civil porque una parte de España se lanzó contra la otra media a exterminarla en busca de su revolución comunista. Y la realidad es que esa guerra la ganó un bando, un pueblo que se negó a morir, liderado de forma incontestable por un señor que gobernó España de forma ejemplar durante 40 años: Francisco Franco Bahamonde. Y que en 40 años cuando no daban un duro por él no pudieron ni toserle, ni molestarle tan siquiera un poquito. El resto me sobra.
 
 

La realidad es que en absoluto ambos bandos fueron iguales. Y lo que unos cometieron alguna barbaridad puntual en el bando rojo era la norma. Y donde en un bando hubo juicios en el otro el juicio era te detengo, te torturo cometiendo atrocidades inimaginables y por último te mato. Y donde en un bando hubo heroicidades en el otro no tienen de que presumir porque apenas si hubo algún héroe.
 
 
 

Ahora las personas decentes tenemos que soportar que en la dictadura que vivimos resulta que la versión oficial es que nadie de los rojos cometió ninguna salvajada. Nadie mató ni torturó a nadie, nadie quemó y destrozó ningún templo, nadie mató a ningún cura, nadie fusiló a nadie, nadie asaltó la propiedad privada, nadie se incautó de los medios de comunicación "al servicio de la República". Ahora resulta que todos eran unos pobrecitos, unos santos que fueron vilmente represaliados, en contraposición al bando nacional donde todos eran fascistas llenos de rabia, asesinos implacables. Así se reescribe la historia.
 


 

Ya está bien de la maldita corrección política del unos cuantos buenos y unos cuantos malos en ambos bandos y de tratar a todos por igual, y ni eso, pues desde el inicio de la democracia solo se ha demonizado a un bando, el Nacional, mientras que se ha mitificado hasta límites execrables al bando rojo que no republicano.
Lo mismo es luchar por Dios y por España que luchar contra Dios y contra España. Lo mismo es querer una España unida que una España destrozada y dividida vendida al nacionalismo. Lo mismo es que sobre comida a no tener que comer. Lo mismo es educar a una sociedad en unos valores cristianos que exterminar todo vestigio del cristianismo. Lo mismo es una España industrializada con trabajo y con unos derechos laborales que una España sin industria donde se vive de la mendicidad del Estado. Lo mismo es respetar la propiedad privada que asaltar la propiedad privada. Lo mismo es defender la vida y la familia que fomentar el aborto y el divorcio. Lo mismo es Franco que Stalin o La Pasionaria ¿Seguimos? ¡YA ESTA BIEN! ¡BASTA YA!
 
 

Siempre pensé que en la crapaulencia roja habría líneas rojas que no se atreverían a cruzar, que no se atreverían a quitar las placas que recordaban a muertos que nada tuvieron que ver con Franco. Pues no, tonto de mi una vez más. Aquí no se libra nadie, ni los niños, y en cierto modo pensándolo con frialdad es lógico. Si hoy día para conquistar el poder estas vendiendo que eres un demócrata, una persona honesta que defiende los derechos humanos y no se cuantas cosas más es normal que se intente borrar la historia para tapar sus crímenes atroces.

Por tanto ya no es que sigan luchando contra Franco. Franco hoy es la excusa, el parapeto para continuar la barbarie, su proyecto liberticida. El tema de fondo es el odio a Dios, a la Iglesia y a España. Ese es el fondo del asunto. Eso es lo que Carmena, Monedero, Iglesias, Errejón, Sánchez, la Bescansa, Garzón, Celia Mayer, Zapata, Ada Colau, etc….odian profundamente. He ahí la cuestión.
 





 

Esta chusma, basura inmunda, gente deleznable, sería capaz de pintar a Jack el Destripador si fuera español y rojo como una persona ejemplar, demócrata y luchador de la libertad perseguido y represaliado por Franco y los falangistas, tapando un pequeño episodio de su vida: que era un criminal sanguinario que mataba y descuartizaba. Solo así puede entenderse que hoy gente como Santiago Carrillo o La Pasionaria, que en paz descansen desde el infierno, sean recordados como gente que contribuyó a la llegada de la democracia y no como lo que realmente fueron.
 
 
 

 

Si yo fuese del PP, Dios me libre, o de otro partido en condiciones de gobernar yo les diría a esta puta gentuza: 1. La retirada es ilegal, aténganse a las consecuencias de sus actos. 2. Si retiráis la placa, monumentos, calles etc.. en cuanto haya elecciones y salgáis del gobierno como así va a ser todo ello será repuesto ipso facto y además se depurarán responsabilidades por prevaricación y destrucción del Patrimonio Nacional y de la propiedad privada.

Y ahora si queréis quitar la placa, el monolito y la calle quitarlo. A ver cuanto de valientes son Manuela Carmena, Mayer, Zapata y compañía.
 
 

No pasará nada, como no pasó nada con aquel dantesco espectáculo hace años en Madrid cuando toda la chusma política se reunió a cenar en homenaje al genocida de Paracuellos, a Santiago Carrillo, y no contentos con ello al terminar de cenar se fueron a terminar la fiesta a la Plaza de San Juan de la Cruz a quitar la última estatua de Franco que quedaba en Madrid, posteriormente declarada por un juez de forma ilegal, pero….echa la ley echa la trampa y no se repuso porque debía ser retirada de inmediato de acuerdo a??? Si, a la ley de Memoria Histórica. Así funciona esto, esta es la izquierda de siempre, la que no cambia jamás, la que sigue en el monte atrincherada en las barricadas cantando la Internacional. Y así seguirán porque lo llevan en su ADN.
 
 

Es repugnante, asqueroso, vomitivo, deleznable. Todos los adjetivos que salen de mi boca son pocos para describir lo que siento.

 
Esta es la verdadera política de la izquierda. Hablando ayer Pedro Sánchez dando la rueda de prensa tras el encargo del Rey de intentar formar gobierno cualquier ciudadano con dos dedos de frente le cala al segundo. Es Zapatero 2. Sus verdaderas intenciones no son crear empleo, mejorar la calidad de vida de los españoles, las condiciones laborales. Sus verdaderas intenciones son destrozar España tal cual la conocemos hoy vendiéndola por parcelas al separatismo, asaltar lo que queda de la moral de una sociedad pervirtiéndola profundamente en sus valores, arrasar el cristianismo, barrer la historia de España para reescribirla a su antojo, y suma y sigue con una serie de atrocidades y despropósitos que son para vomitar del asco.



Los desahucios, el drama del paro, la desigualdad social, el problema de los jóvenes para irse de casa de sus padres, de poder acceder a una vivienda, las pensiones, la sanidad, la educación…todo eso es papel mojado porque solo es el gancho con el que atraer a los incautos, ignorantes y desesperados a su redil. Alcanzado el poder solo queda poner en marcha la picadora de carne, y a funcionar sin que se atasque.
 
 

 

Borrar la historia para reescribirla a su gusto es un pilar fundamental en su programa de destrucción de la nación española. Por eso unos tiran la piedra y esconden la mano, y otros tiran piedras y sacan pecho. Y lavados los cerebros y borrados los recuerdos como el que formatea un pen drive, ya nadie recordará a los ocho chavales por no decir niños fusilados por los rojos en la tapia del cementerio de Carabanchel por su único delito: su fe en Dios. Y así en el futuro nadie hablará de sus crímenes porque nadie recordará ningún crimen entre otras cosas porque ya no habrá placas que recuerden sus múltiples asesinatos, sino que bien se encargarán los herederos de aquellos criminales de hablar solamente de los llamados crímenes del franquismo.
 
 

 

Las cosas están muy, pero que muy mal, y quizás se vayan a poner peor con el posible gobierno que se avecina. Pero no todo está perdido. Aun queda mucha gente, aunque por desgracia cada vez menos, que jamás olvidaremos estas desgraciadas historias y no solo eso, sino que así se lo transmitiremos a los nuestros para que JAMÁS caigan en el olvido. Y somos muchos los que jamás daremos nuestro brazo a torcer por mucho que nos llamen asesinos, franquistas, fascistas y toda la retahíla de insultos progres. Porque tenemos fe ciega en Dios, incluso en los peores momentos. Porque amamos a España, perdóname José Antonio, porque nos gusta, porque nos sentimos orgullosos de ser españoles. Porque como dijo Jesucristo, y ni todas las Carmenas y demás basuras políticas podrán jamás derribar la fe: LA VERDAD OS HARÁ LIBRES.
 
 

 

 

Esta es la historia de los carmelitas martirizados:

 

Eran las 5 de la madrugada del 27 de Julio de 1936 cuando una pareja de guardias de asalto llaman a la puerta del convento de El Carmen de Onda de Castellón dando la orden de inmediato desalojo.  Eran 32 en total en la comunidad. Estudiantes carmelitas, profesores y novicios. De dos en dos fueron llevados al centro de Onda. Los metieron en la residencia donde rezaron y cantaron el Salve. Era una canción de despedida. Muchos no se volverían a ver. Al salir de Onda hacia Villareal ya solo quedaban 21. Los otros 11 ya habían sido asesinados, muchos previamente torturados antes de ser asesinados. Desde Villareal debían tomar un tren hasta Valencia donde a cada uno le mandarían a un lugar diferente. El subprior Anastasio Ballester fue apartado del grupo y asesinado en el cementerio de la Cueva de Vinromá en Castellón. Ya solo quedaban 20 de 32.
 
 

Al llegar el tren al Cabañal todos son reconocidos como frailes y se baja a todos del tren menos a dos. Al corista Fray Tomás González y a Fray Pedro Tomás Iglesias, que son enviados a Madrid, el resto los mandan a Valencia.

El Padre Rafael Sarriá y el hermano Florencio Marquínez salieron para Algemesí. El primero fue asesinado en su ciudad natal, el segundo no se sabe que pasó con él, jamás se supo nada, por lo tanto fue asesinado y a saber que hicieron con su cadáver.  Misma suerte corrió el Hermano Angelo Martín, desaparecido en la estación del Norte y jamás se volvió a saber de él. Por el camino pillaron a otros cuatro que fueron apresados.

De los que quedaban a nueve, niños de entre 18 y los 22 años, los llevaron a un convento cercano para posteriormente ser trasladados a Madrid. Todavía a uno más,  Padre Evangelista Muñoz Tornero (30 años) le bajaron en Albacete. Fue asesinado en Almusafes (Valencia).

Los nombres de los ocho jóvenes religiosos que siguieron viaje hacia Castilla, aparte de los otros cuatro ya señalados, eran los siguientes: fr. Alberto García, fr. Francisco Pérez, fr. Silvano Villanueva, fr. Ángel Sánchez, fr. Angelo Reguilón, fr. Bartolomé Fanti Andrés, fr. Ricardo Román y el Hno. Fr. Franco Arranz. Y fr. Isidoro Garrido que se salvó por distracción del vigilante que lo perdió en el camino.

Amanecía el día 28 de Julio cuando se empezaba a ver Madrid. Fueron afincados en la estación de Atocha, sin posibilidad de salir hacia Segovia debido a que el Guadarrama era zona de combate y no había forma de pasar.

Se les acomodó en el Paseo de las Delicias en una residencia de ancianos, donde estuvieron hasta el 14 de Agosto. En la noche del 17 de Agosto, como salvajes, como criminales que eran, irrumpen en la residencia un grupo de milicianos que les ordenan a los chicos vestirse y dejar el equipaje donde está. Fueron conducidos en unos furgones hasta la tapia del Cementerio de Carabanchel Bajo, el lugar donde tiempo atrás se dice que iba a rezar San Isidro, patrón de Madrid, a la ermita de Santa María de la antigua.
 
 

Allí , sobre aquella tapia, de madrugada, a la luz de los furgones fueron fusilados aquellos niños cuyo único delito fue su fe en Dios.

Hoy por lo visto no merecen ningún recuerdo. Y no habiendo recuerdo el boca a boca y la memoria irá cayendo en el olvido hasta que nadie se acuerde de quienes fueron y lo peor de todo, porque fueron asesinados.

 

Daniel María García Antón, 22 años.
Clérigo profeso, Carmelita de la Antigua Observancia.
Nació el 11 de diciembre de 1913 en Navacepeda de Tormes (Ávila).

Silvano María Villanueva González, 20 años.
Clérigo profeso, Carmelita de la Antigua Observancia.
Nació el 6 de febrero de 1916 en Huérmeces (Burgos).

Adalberto María Vicente y Vicente, 20 años.
Clérigo profeso, Carmelita de la Antigua Observancia.
Nació el 23 de abril de 1916 en Cuéllar (Segovia)


Aurelio María García Antón, a punto de cumplir 20 años.
Clérigo profeso, Carmelita de la Antigua Observancia.
Nació el 14 de agosto de 1916 en Navacepeda de Tormes (Ávila).

Francisco María Pérez Pérez, 19 años.
Clérigo profeso, Carmelita de la Antigua Observancia.
Nació el 30 de enero de 1917 en Ros (Burgos). 

Angelo María Reguilón Lobato, 19 años.
Clérigo profeso, Carmelita de la Antigua Observancia.
Nació el 1 de junio de 1917 en Pajares de la Lampreana (Zamora)

Bartolomé F. María Andrés Vecilla (Nicomedes), a punto de cumplir 19 años.
Clérigo profeso, Carmelita de la Antigua Observancia.
Nació el 26 de agosto de 1917 en Pajares de la Lampreana (Zamora)

Ángel María Sánchez Rodríguez (José), 18 años.
Clérigo profeso, Carmelita de la Antigua Observancia.
Nació el 2 de agosto de 1918 en Pajares de la Lampreana (Zamora)
 
 







 

 

Fray Ángel fue el más joven de todos. Incluso de los 522 nuevos mártires que se beatificaron en Tarragona.

Esta es su historia.

 

José Sánchez Rodríguez era un chico de un pueblecito de Zamora. Quizá su destino quedó sellado ya a los 14 años, simplemente por decidir hacerse fraile. O quizá no estuvo sellado hasta el final, porque sobrevivió al fusilamiento, sobrevivió a varias horas desangrándose y fue cuando pidió ayuda a una mujer que se cerró su sino: era una miliciana que avisó a los asesinos que le remataron.

Ángel María Sánchez tenía en ese momento 18 años y 16 días.

Vocación temprana

Nació el 2 de agosto de 1918 en Pajares de la Lampreana (Zamora) y le bautizaron como José Sánchez Rodríguez. Es difícil encontrar un nombre más común en España. Al tomar el hábito carmelita asumió el nombre de fray Ángel María. Se hizo fraile acompañando a dos amigos del pueblo, que morirían junto a él, con 19 años. El carmelita Miguel M. Arribas, que murió en 2011, cuenta detalles de su biografía (P. Alberto Marco y compañeros mártires carmelitas, Salamanca, 2013, pp. 89-92), recogidos en la revista Ecclesia.

»Estaba un día en la puerta de su casa cuando vio pasar a dos muchachos que iban a visitar a doña Lucila Sánchez -la vocacionista-, a los que preguntó, de buenas a primeras: «¿Vais a casa de doña Lucila para iros de frailes?». Al responderle afirmativamente, añadió: «Pues decidle que yo también quiero ir». Y, pensándoselo mejor, se fue con ellos a decírselo personalmente. A sus catorce años de edad ingresaba en el seminario menor de Villarreal de los Infantes, el día 16 de enero de l932.

Buenas notas, hablaba bajo

»Según sus profesores, era un talento extraordinario. En todos los cursos sacaba «sobresalientes» y para él solía ser la «matrícula de honor» del seminario. Dominaba de maravilla el latín, asignatura de la que era profesor el famoso latinista carmelita P. José Plana, también mártir, quien, caso raro en él, le dio un sobresaliente.

»Tenía una sensibilidad exquisita y dones excepcionales de espíritu. Cuando se le corregía en algo, a veces lloraba compungido y, luego, iba al cuarto del superior a darle las gracias y a decirle: «Perdone, padre, no volverá a suceder».

»Tomó el hábito del Carmelo en septiembre de 1934 en el noviciado de Onda. Caminaba siempre con recogimiento y las manos bajo el escapulario del hábito. Era un joven que llamaba la atención por su honda piedad. Su carácter era inalterable y hablaba siempre en voz baja.

»Cuando se le buscaba por todo el convento sin resultado, se le hallaba siempre en la capilla.

Entrenando las virtudes

»Un compañero de curso señala que durante los años de estudio se entrenaba con él en desafíos espirituales sobre el ejercicio de las virtudes, aprovechando para ello las fiestas del Señor y de la Virgen María. También tenían concertado acusarse mutuamente de los defectos más notorios.

»Durante un largo año estuvo sometido a la acción del bisturí, sufriendo diversas operaciones quirúrgicas en la nariz, lo que sufría con una entereza que dejaba extrañado al mismo doctor que le atendía.

No quiso quedarse en el hospital

»Profesó en la Orden el 15 de septiembre de 1935. Durante el año de Filosofía continuó en esa tesitura de vida espiritual y de formación seria. Había terminado el primer curso cuando fue apresado en Onda con toda la comunidad el 27 de julio de 1936. Llevado a Madrid con sus compañeros, sufrió allí altas fiebres, tanto que apenas podía hablar, pero cuando se le comunicó que sería trasladado a un hospital, no consintió separarse ni un momento de sus compañeros y hermanos, queriendo correr la misma suerte que ellos.

»Enfermo como estaba, lo llevaron la noche del 18 de agosto de 1936 a las tapias del cementerio de Carabanchel Bajo, donde fue asesinado junto con todos sus hermanos de hábito. Tenía dieciocho años de edad. Sus restos se hallan en el Santuario del Henar.

La miliciana que le descubrió

»Fray Ángel fue fusilado dos veces. Quedó mortalmente herido, pero, con el relente del amanecer, recobró vida y se arrastró por entre los cadáveres de sus compañeros hasta la pared del cementerio para recostarse en ella.

»Al ver pasar por allí cerca a una mujer, le pidió socorro, pero ella -una miliciana- fue a dar cuenta a la ´casa del pueblo´. El jefe de guardia y alguno más fueron a rematarlo en la postura que tenía, sentado en el suelo y apoyado en la pared.

»El novicio fray Ricardo Román oyó el relato al miliciano y cómo este decía que era un fraile del que no sabía el nombre, pero que era pequeño. Fray Ángel era el de más baja estatura del grupo de religiosos.

Cabeza cortada, fotos macabras

»Posteriormente, el citado novicio vio una fotografía del grupo de los asesinados que rodeaban el cadáver del general López Ochoa, que tenía la cabeza cortada y colocada entre sus piernas. Todos los religiosos estaban en torno a este militar, excepto uno que se hallaba un poco detrás y recostado en la pared. Era el cadáver de fray Ángel Sánchez, asegura Ricardo Román.

 

 

“A la memoria de los siervos de Dios: Fr. Daniel Mª García Antón, Fr. Silvano Mª Villanueva González, Fr. Adalberto Mª Vicente Muñoz, Fr. Aurelio Mª García Antón, Fr. Francisco Mª Pérez Pérez, Fr. Ángel Mª Sánchez Rodríguez, Fr. Ángel Mª Reguilón Lobato y Fr. Bartolomé F. Mª Andrés Vecilla, religiosos carmelitas fusilados en este lugar el 18 de agosto de 1936. En el XXV aniversario de su inmolación”.
 
 
 

 

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